Y cuando menos te lo esperas, cuando crees que todo va en el sentido equivocado, que tu vida, programada en cada mínimo detalle está naufragando... de repente, sucede.
domingo, 10 de octubre de 2010
Vivir**
Te sientes como Dios. Puedes dejarle morir o decidir que siga viviendo, pero tu deber es que se quede.
Los tubos por todas partes circulan como en una carretera pero en un circuito cerrado. La sangre pasa lentamente y siento que mi propio corazón va a mil.
Los médicos esperan pacientemente a que el corazón trasplantado de su primer signo de vida.
El monitor indica que el órgano sigue en el otro mundo y nos estamos empezando a poner nerviosos.
La operación ha durado cerca de cinco horas y hemos tenido a la familia esperando esas interminables horas, para ellos seguro que días.
¿Y si no vuelve a latir? ¿Cómo vamos a decirle a sus familiares que no pudimos hacer nada? ¿Cómo...?
Boom
Nos centramos todos en el corazón.
Boom
Nos miramos con una sonrisa en la cara.
Boom, boom, boom...
Te sientes como Dios. Puedes dejarle morir o decidir que siga viviendo, pero tu deber es que se quede.
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