Y cuando menos te lo esperas, cuando crees que todo va en el sentido equivocado, que tu vida, programada en cada mínimo detalle está naufragando... de repente, sucede.
jueves, 27 de mayo de 2010
Cuento
Esto es un cuento que oí por ahí una vez. La verdad es que me impactó bastante, por eso quiero que lo leáis. =) Espero que os guste.
Había una vez, una princesa que deseaba casarse, pero no sabía con que príncipe de todos los que la pretendía era el elegido. El rey, cansado de que su hija fuera tan indecisa decidió convocar, no solo a los príncipes de los pueblos cercanos, si no a todos los que quisieran pretender a su querida hija.
Todos los hombres del reino más, los príncipes se reunieron en la sala de la corona.
El rey, un hombre bueno y amable, les propuso un juego. Los que se quisieran casar con la princesa tenía que pasarse 365 días sentados en la pared de uno de los muros del jardin del palacio. Tenían la comida y la bebida limitada. El primero que llegara a los 365 días sería el que se casaría con su hija.
Ninguno de los hombres que pretendían a la princesa se echaron atrás.
el rey le explicó a la princesa lo que se había propuesto y a ella le pareció bien.
Los primeros meses, todos aguantaban bien. La princesa, algunas veces se pasaba por el muro disfrazada para ver como iban. En una de sus visitas, descubrió a un joven, moreno y con los ojos como dos esmeraldas, la princesa al instante le llamó muchísimo la atención.
Pasados los meses, algunos se iban rindiendo a causa de que la comida y la bebida ya empezaba a escasear entre ellos.
El quinto mes, más de la mitad se marcharon, por que la comida y demás se había agotado por completo.
La princesa, a escondidas, vestida de mendiga y de otras múltiples cosas, le suministraba recursos al chico que le llamó tanto la atención.
Llegado el último mes, ya no quedaba absolutamente nadie, solo el chico.
El rey al ver que solo quedaba ese chico, le comunicó a la princesa quien era su futuro marido.
La princesa y el rey comenzaron con los preparativos de la boda y dejaron al chico en el muro sentado hasta el último día.
El chico, el penúltimo día, miró al castillo y se marchó, por tanto el plazo impuesto por el rey de los 365 no lo cumplió.
Al llegar a casa, su hermana lo esperaba.
-¿Por qué no te quedaste en el muro sentado? ¿Qué te hubiera costado estar un solo día más? Tú amabas verdaderamente a la princesa desde que la viste por primera vez hace 10 años. ¿Por qué no te quedaste? - le preguntaba muy sorprendida.
El chico, triste le contestó:
-Por que ella se fijó en mi los primeros días, y si verdaderamente me amara, hubíera parado el plazo de los 365 días para no verme sufrír.
La verdad es que me impactó muchísimo cuando escuche este pequeño cuento, pero me hizo reflexionar seriamente sobre lo que te quieren las personas.
¿Dejarías a alguien a quien amas sufrir por ti un año entero?
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Vaya, me dejo sin palabras, y me hizo reflexionar. Es cierto yo no dejaria que alguien a quien quiero sufriera toodo un año, no! =)
ResponderEliminarTeQuiiierooo!! (L)
Un chico así no se merecía para nada que le hicieran eso. Menos mal que se dio cuenta y volvió a su casa :)El cuento es precioso y reflexivo, de los qe ami me gustan^^
ResponderEliminarMe encanta tu reproductorrr :) Si esqe eres la mejor, sorella!
Teeeeeeequiiiero (L)
Yoooo os qieroo muchooo mas! =)
ResponderEliminarLo lei y dijee tengo q ponerlo.
Osqiieroooooooooo Primaa hermanaa y Sorella =) (LLLLLLLLLL)
Me alegroo q te encantee mi reproductor!! =) (LLL)
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