sábado, 8 de enero de 2011

Encuentro en una cafetería...*



Una dulce nevada sobre los bloques de piso de la ciudad, un paisaje un tanto invernal.
Una cafetería a rebosar de gente y el olor del buen café y del chocolate caliente meciéndose sobre la atmósfera.
Sergio Dalma se escucha de fondo de forma muy tenue...



Tú, por aquí, por allá, 
el amor servido...

Una pareja se coge de las manos mientras miran a un niño pequeño y le hacen carantoñas, unos padres con sus hijos toman café y chocolate con nata a gusto de los más pequeños de la casa...


..en un tris de locura,
suficientemente mal...


El frío de la calle se hace más intentos cuando entra una chica en la cafetería. Mira de un lado a otro buscando mesa y encuentra un sitio pequeño al final, entre una pareja de ancianos y un grupo de amigas. Se sienta, saca un pequeño ordenador azul y se pone a teclear como una loca hasta que llega el camarero. Él la mira y la analiza: Morena, alta, y le queda muy bien la colonia que lleva, debe tener unos ojos preciosos, pero las grandes gafas no hacen que resalten demasiado. 

-¿Qué desea tomar?

-Un capuccino con nata, por favor. 

El camarero escribe el pedido en una libreta, y sonríe con esa graciosa combinación


... que no sé si eres mía, 
si haces el amor,
te cantaré como si fueras melodía...


Ella lo evalúa también a él. Ojos oscuros, tez morena y rubio. Es guapísimo. El camarero se marcha a la barra para preparar el capuccino. Ella lo mira por última vez antes de enfrascarse de nuevo en lo que tenga tanto interés en su ordenador. 



... hablaré de todo lo que es mio,
de ti, muchacha triste...


La chica observa al camarero moreno de vez en cuando, o digamos que no le quita los ojos de encima. 
El camarero tampoco le es indiferente la chica de las grandes gafas. 
Vuelve a su mesa y le sirve el capuccino con nata.

-Tiene que ser interesante lo que escribes

Ella lo mira sorprendida.

-Sí, es una idea para una historia.

-Genial. Yo también escribo, podríamos quedar un día para comparar cosas ¿no?- Él sonríe. No ha escrito nada en su vida, pero en cuanto llegue a casa se pondrá enseguida, solo si eso sirve para volver a verla. 

-Por supuesto, volveré mañana y veremos que tal se te da escribir...- Ella se quita las gafas, tiene unos preciosos ojos azules.


... que el cielo sea
sólo azul, y me sonrías.
Tú.













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