jueves, 16 de septiembre de 2010

Desde aquí a allí *


Saber que puedes ver todo y más,
una sensación que inunda el alma,
ese deseo irrefrenable de querer comerte el mundo.

Aquellos a los que quieres te van a acompañar,
estarán siempre a la izquierda del pecho,
donde posiblemente estén mejor guardados.

El Ipod encendido por lo que pueda pasar,
tus canciones favoritas escogiste para volar,
el sonido de las notas en tus oídos hace que el camino
se tiña de libertad.

Desde Paris hasta Roma,
de Roma a Londres,
de Londres a Egipto...

Recorre la ciudad ajena a tu propio lugar,
montar en moto y dejarte llevar,
gafas de sol en la cabeza aunque las necesites,
eso da igual.

Tu libro favorito en una terraza insignificante del centro,
una puesta de sol desde una pirámide,
y quizás un paseo en góndola por un canal...

Desde Paris hasta Roma,
de Roma a Londres,
de Londres a Egipto...


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